El santo de mayo

Es una colección de veintisiete cuentos. El clima de los relatos se sugiere en las citas que encabezan el conjunto. La primera es de Simone de Beauvoir: «La vida es sólo la memoria que de ella tenemos, y la memoria no es nada. Esa nada ocupa tiempo, el tiempo transcurre, todo se va a ninguna parte; nos movemos sin cesar y en ese viaje sin destino permanecemos inmóviles». Esta nada se rebate con la cita de Heráclito: «Pero el que no espera lo inesperado, no lo encontrará». El escritor nos permite hacer un viaje, el que lleva desde la nada a la posibilidad de lo inesperado. Las historias son varias y los tonos diversos. El narrador puede pintar y narrar las historias como si él mismo las hubiese vivido o escuchado: se concede el protagonismo a los humillados de la España de la posguerra. Otros cuentos se presentan en forma de informe o crónica fingidos, son una invitación a una revisión sobre la historia de España. Hay cuentos grotescos: presentan la injusticia, la humillación y el abuso de poder, en un tono cómico. También contiene algunos relatos que se acercan a la terrible historia europea del XX, a través de la recreación de hechos históricos (los totalitarismos) o existenciales (la muerte de los inocentes). Otros consisten en una creación a partir de personajes bíblicos o presentan la infancia como patria perdida. En todos ellos está presente la muerte, la mentira, la ignominia, la humillación y, a través de estas realidades dolorosas, aparece la lacerante pregunta por el destino y el significado de las vidas presentadas.